La primera mención a los Reyes Magos se la encuentra históricamente en los Evangelios.
Los Reyes Magos regalaron al Niño Jesús Oro, incienso y mirra. Cada regalo que le ofrecieron tiene un valor simbólico.
El valioso oro aclama a Jesús como Rey de Reyes, el aromático incienso lo aclama como Dios, y la mirra (sustancia o perfume utilizado en el embalsamamiento de cadáveres) reconoce a Jesús como hombre mortal. Dios, Rey y Hombre.