Lunes 7 de noviembre del 2022

El humo de incendios forestales puede afectar la salud de las personas

Se recomienda evitar las actividades físicas y recreativas al aire libre. Las personas más propensas a enfermarse son los adultos mayores, las embarazadas, los niños y los pacientes con patologías respiratorias o cardíacas
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El Ministerio de Salud Pública comparte información sobre los efectos nocivos del humo producido por incendios forestales y recomendaciones para evitar problemas en la salud, especialmente en las personas más vulnerables, como adultos mayores, embarazadas, niños e individuos con afecciones respiratorias y cardíacas.


 


El humo de incendios forestales puede causar daño de muchas maneras: afectar los ojos, irritar el aparato respiratorio y agravar enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas.


 


Ese humo se compone de una mezcla de gases y pequeñas partículas emanadas por la vegetación y otros materiales al quemarse. Cuando la cantidad de humo en el ambiente es abundante, cualquier persona puede sufrir alguna consecuencia, como:


 


·         Tos


·         Dificultad para respirar normalmente


·         Ardor en los ojos


·         Irritación en la garganta


·         Secreción nasal


·         Irritación de los senos paranasales


·         Sibilancias


·         Dolor de pecho


·         Dolor de cabeza


·         Ataques de asma


·         Cansancio


·         Latidos cardíacos acelerados


 


Quienes tienen más probabilidades de enfermarse si respiran el humo de un incendio forestal son los adultos mayores, las mujeres embarazadas, los niños y las personas con afecciones respiratorias y cardiacas preexistentes.


 


Recomendaciones


 


·         Si es posible, limitar la exposición al humo


 


·         Prestar atención a los informes sobre la calidad del aire y a las advertencias de las autoridades de salud pública y defensa civil.


 


·         Si la recomendación es permanecer dentro del hogar, hacerlo, tratando de mantener el aire tan limpio como sea posible.  


 


·         Mantener puertas y ventanas cerradas, para evitar que el humo ingrese a la vivienda.


 


·         Si la casa tiene equipo de aire acondicionado, encenderlo, pero cerrando la entrada de aire exterior. Mantener limpio el filtro.


 


·         No aumentar la contaminación del aire interior: no usar aspiradora, no fumar.


 


·         Las personas con asma u otra enfermedad pulmonar o cardiovascular, deben tomar sus medicamentos y seguir el plan indicado por el médico para manejar los problemas respiratorios. Llamar al médico si hay agravamiento de síntomas.


 


·         Las mascarillas contra el polvo que se venden en ferreterías no son suficientes para proteger del humo. Las del tipo N95 brindan algo de protección si se usan adecuadamente.


 


·         Evitar exponerse al humo al practicar actividades recreativas o deportivas al aire libre.

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