Jueves 28 de enero del 2021

Vacuna argentina contra el coronavirus: ¿en qué fase está la tecnología local?

Ya está por finalizar la etapa preclínica y el objetivo es iniciar la prueba en humanos
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Con un acceso limitado a las opciones desarrolladas por las grandes farmacéuticas, la ciencia argentina avanza a paso firme hacia la producción de una vacuna propia. La tecnología doméstica está siendo diseñada por equipos científicos del Conicet y la Universidad Nacional de San Martín. Empleará una proteína recombinante, recubierta de Sars CoV-2, capaz de generar anticuerpos suficientes para prevenir la infección por coronavirus. “La vacuna viene andando muy bien. Ya está por culminar la fase preclínica con animales y el próximo paso será avanzar hacia los ensayos clínicos en humanos. Ahora lo que estamos viendo es cómo asociarnos con algún laboratorio capaz de escalar la producción. Hay que pensar que para los ensayos a escala en humanos se requiere de una empresa que pueda producir el producto”, afirma Juan Ugalde, doctor en Biología Molecular y Biotecnología, decano del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín a cargo del proyecto.


Al respecto, apunta Roberto Salvarezza, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación: “La vacuna de la Unsam está en fase preclínica, etapa previa a experimentar en humanos. Lo que se necesita para poder continuar es un laboratorio que pueda producir bajo buenas prácticas de manufactura. La Agencia que lidera Fernando Peirano estuvo trabajando muy fuerte en poder hacer un acuerdo. Falta poco, estamos cerquita de un socio que pueda producir esta proteína, que será la base de la tecnología”. Y, en esta línea, continúa: “Además del proyecto de la Universidad Nacional de San Martín, está el de la Universidad Nacional del Litoral que también financiamos. Ambos tienen en común que utilizan una proteína recombinante como antígeno para que el cuerpo humano directamente sintetice los anticuerpos. Me refiero a Spike, la que envuelve al Sars CoV-2”.


Lo que hacen todas las vacunas es simular procesos infecciosos, pero sin perjudicar la salud. De esta manera, el sistema inmune es entrenado como si el organismo cursara una enfermedad cuando en rigor no lo está haciendo. Ahora bien, ¿cuál es la particularidad de la tecnología local? “Hay diferentes tipos, pero la nuestra apuesta a proteínas recombinantes: tomamos algunos componentes como fragmentos de proteínas y los producimos en un sistema artificial que puede expresarse en bacterias o levaduras. A esto, sumamos adyuvantes, es decir, potenciadores del sistema inmune”, dice Ugalde. Cuando el especialista describe “fragmentos de proteínas”, se refiere puntualmente a porciones de Spike: aquella que utiliza el Sars CoV-2 como puerta de entrada a las células humanas; la proteína en la que colocaron el foco la gran mayoría de los laboratorios a nivel mundial para fabricar los diferentes candidatos vacunales.

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